Me siento en una mesita junto a la pared y, mientras estudio un cartel donde se ofertan hasta 8 tipos distintos de capuccino, cuando yo siempre he creído que los capuccinos son ora con nata, ora sin nata, pero nada más, a los pocos segundos se acerca una camarera cuya excesiva delgadez no puedo dejar de notar. Pido, como es habitual, café con leche, con sacarina por favor, y media tostada integral con tomate. Quedo a la espera de lo demandado y busco con la mirada el periódico del día, que es una de las principales razones por las que alguien desayuna a solas en un bar. Lo encuentro en poder de un señor que lo hojea en la barra con medio peso corporal apoyado en un taburete y otro medio sobre su pierna. Deduzco por su posición que va a irse en breve y acierto: me levanto rauda para hacerme con el Información y me dispongo a enterarme de los últimos conflictos de la política local de Elche.
Mi elemento favorito de la mesa es el servilletero, cortesía de Cafés Delta, una variante que no había visto nunca antes, de material plástico y forma irregular, que encajaría bien en el gabinete del Doctor Caligari, a medio camino entre el expresionismo alemán y el arte ibérico. Esto último enlaza con la presencia de la Dama de Elche, requisito decorativo sine qua non en la hostelería y restauración ilicitana, en un gran mural al fondo del local, donde se aprecian, junto a ella, dos rostros anónimos, como queriendo expresar que los mortales pasamos, pero que la Dama permanece.
En la mesa contigua a la mía, dos señoras parlotean, al tiempo que disfrutan, me imagino, de un desayuno post-análisis, dado que WillyCof está frente al Centro de Salud de San Fermín. Sentado a su mesa, un hombre mayor hace una lectura concentrada y silente del Marca. En un momento dado, sale de su ensimismamiento y, sin mediar palabra con sus acompañantes, se acerca a la barra para pedir la cuenta e iniciar una conversación frívola con el camarero, que le presta poca atención. En el ínterin, entra Dori, pues así la saludan tanto las mujeres parlanchinas como la pareja de camareros. Ella responde a la calurosa bienvenida con tono resignado: "aquí estoy, otro día más".
ENTORNO 5 SERVICIO 6 CALIDAD 4 PRECIO 2'50€