Algunos
domingos no tenemos ganas de ir a Murcia a desayunar y optamos por un desayuno
de Barrio. Lo escribo en mayúsculas porque estos desayunos rurales suelen tener
lugar en el Barrio de los Pavos. Hay otras
cafeterías a las que llegar a pie desde casa (a Murcia también se puede llegar
así, tal como demostramos en una ocasión al estilo de Aquiles, esto es,
andando), pero Confitería-Cafetería Calasanz es la mejor. El evento, que se
compone de paseo+desayuno, es agradable. La ruta nos lleva, tras atravesar un
parque, por delante del Lidl hasta unos bancales que se mezclan con las
primeras casas del Barrio. Una de ellas tiene unos rosales sumamente olorosos,
entrada al pueblo que resulta algo edénica después de haber recorrido el espacio
que media entre el Lidl y el jardín de rosas. Tiene este espacio un aire
postnuclear. Hace unos años se plantaron ahí moreras y se construyeron aceras
que hoy se ven resquebrajadas y pobladas por insectos. El tráfico en esta calle
es tan intenso que los caracoles realizan tranquilamente sus particulares
revisiones de On the road y se lanzan a la aventura dejando en la
calzada esos hilitos de baba que brillan al sol. Aquí iba a tener su sede el
Nuevo Campillo, pero todo quedó en Campillurus.
Pimenton, -onis |
El
Barrio no es muy grande, así que se tarda poco en localizar la confitería
Calasanz. Por si hay alguna duda, sirva de señal la furgoneta de las especias
Ben-Hur, aparcada siempre enfrente. Calasanz tiene unas inmensas cristaleras
que permiten ver el tráfico mientras se desayuna. Por dentro es un local
normalito: unas cuantas mesas con cómodas sillas y dos mostradores, uno con
repostería dulce y salada, otro con pasteles y tartas, además de multitud de
estantes repletos de esas mandangas que atraen a los niños, como piruletas de
PepaPig o chupachups de Bob Esponja.
¿Quién vive en la piña debajo del mar? |
En
unas cestas de mimbre se exhiben distintos tipos de barras de pan, a cual más
apetecible. Nosotros, desde que descubrimos el pan multicereal, no desayunamos
otra cosa, de modo que el menú del pasado domingo fue café con leche, con
sacarina por favor, y tostada multicereal con tomate. Recomiendo las
napolitanas ya de choco, ya de crema, con una perfecta proporción entre masa y
relleno. Los croissants de choco, en cambio, tienen chocoexceso. Los pasteles y
tartas no están tan buenos. Cierto día mi padre calificó una tarta de queso de
Calasanz como "pésima", aunque hay que tener en cuenta que es una
persona a la que no le gusta el yogur ni el cine actual, por lo que no es
enteramente de fiar.
El
desayuno clásico está muy bueno, insisto, pero el servicio deja bastante que
desear. Las camareras son seriotas y te miran con impaciencia si no tienes
clara tu elección. Son el equivalente murciano del Sopero Nazi. El domingo no
nos trajeron sacarina a pesar de que hicimos hincapié en nuestra exigencia
dietética. Más de una vez hemos salido del lugar protestando y prometiendo no
volver jamás, pero acabamos regresando por las tostadas.
La
clientela es local y solemos formar estas combinaciones: madre-hija (una de las
más frecuentes), novio-novia, marido-mujer, padre-madre-bebé y algún átomo
suelto en la barra. El domingo pasado había también un combinado husband-wife,
cuyo primer elemento hablaba muy alto y comentaba al segundo cosas que veía en
el periódico o en MujerHoy. También había un niño que contó cuántos pasteles
negros había y cuántos marrones, información que comunicó a su madre ante la
total indiferencia de ésta.
Unos
días nos cobran 3,60€, otros, 4€. Creo que lo segundo lo dicen no por avaricia,
sino por pereza mental.
ENTORNO 5 SERVICIO 4 CALIDAD 9 PRECIO 1,80€
Como que entorno 5???!!! Si cobatillas es precioso!
ResponderEliminar