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4 de diciembre de 2013

Towpath Café. Londres, 3 de noviembre de 2013


Hace ya tiempo decidimos que las aglomeraciones no son de nuestro agrado. Es por ello que hemos renunciado a las fiestas populares murcianas, al SOS, a ir a mercadona los sábados y a subir al metro en peak hours (a no ser que se trate de la línea Toei Oedo). El desayuno excesivo del día anterior, unido al hecho de que había demasiada gente esperando en la puerta para entrar (circunstancia que no afectó a mi desayuno, pero que me causó cierto agobio cuando dejamos el local) nos impulsó a buscar algo más tranquilo para esta mañana. Y así, nos pareció buena idea desayunar en Regent's Canal para despedirnos de Londres, la ciudad donde los servicios tienen moqueta y donde las jóvenes olvidan qué es la manga larga los fines de semana. 
Este canal de 14 kilómetros se extiende desde East London hasta Little Venice y cada vez que venimos nos quedamos con ganas de patearlo. Google maps nos dijo que la parada más conveniente Haggerston y ahí nos dirigimos. Era domingo y algo temprano, de modo que sólo esperábamos el tren nosotros y un jugador de golf bien pertrechado. ¿Cómo, si no, hubiéramos podido reconocerlo como tal? Al salir de la estación, una temperatura gélida nos recibe en la calle. Tras un breve paseo, llegamos al canal y continuamos caminando junto a él. El frío era cada vez mayor, pero no nos echamos atrás. Lo cierto es que era un lugar de paseo muy bonito, con abundancia de corredores a pie y en bici, todos muy educados y muy deseosos de dar las gracias si te apartabas ligeramente para facilitarles el paso. Tan sólo hubo un momento de crisis cuando coincidimos en un estrechamiento de las orillas urbanizadas del canal varios ciclistas, runners y nosotros, tristes peatones, pero todo se resolvió sin que ningún cuerpo cayera al agua. Poco después llegamos a Towpath Cafe. Unas muchachas muy diligentes y con un estilo entre granjero y Desigual, esa marca que tanto gusta a las maestras, estaban abriendo el local y colocando las mesas y bancos junto al canal. Al ver que nos parábamos con intenciones desayunísticas nos pidieron amablemente que les dejáramos unos minutos para acomodar todo el tinglado, de modo que avanzamos un poco más y volvimos al cabo de un rato.
Dado que éramos los primeros clientes del día, pudimos elegir asiento. No se trata de un local cerrado, Towpath Cafe es más bien un chiringuito fluvial con decoración sencilla y algo rústica. Escogimos una mesa que estaba ligeramente protegida dentro de un recoveco donde bien podía haber muerto congelada, pero acepté mi destino porque desayunar fuera de casa tiene su riesgo. Además, el sol ya aparecía tras unas casas y la promesa de su calentor, aunque fuera un calentor flojucho, nos mantenía ilusionados. Pedimos sendos caffe latte y dos trozos de olive oil cake. En la práctica, dos cafés con leche (sin sacarina por favor, porque nos dio apuro pedir sweetener en este ambiente granjeril) y dos trozos de bizcocho. Los cafés algo fríos y el bizcocho bueno pero carente de toda sorpresa. Menos mal que el lugar era agradable... De hecho, el segundo cliente se presentó pocos minutos después y comprendió rápidamente que no estábamos ahí para disfrutar, sino para criticar el desayuno, pues nos saludó con un "best spot for having breakfast!" y se ofreció a hacernos una foto. Tenemos que aprender a declinar estas ofertas, porque, como era de esperar, la foto fue hecha con mucha ilusión pero con poca habilidad.
Mientras los runners, los bikers y los patos seguían pasando ante nuestra mirada, se nos unió otra pareja en el chiringuito (todavía con sus macabros atuendos de Halloween, lo que no impidió que fueran the most pastelosa couple of the world) a la que trajeron otros dos caffe latte, e incluso se pasó a saludar la dueña, que tenía un aire a Jane Goodwall, con su pelo canoso y hablando de su vegetarianismo con el segundo cliente, a quien tal vez utilicen como gancho para convencer a la clientela de las bondades del lugar. Terminado el desayuno, pagamos las 10 libras que nos pidieron (¿soy yo o es un poco caro?) y tuve que vivir de nuevo ese incómodo momento en que una no sabe si ha de dejar propina o no.
¿Sonreír? Pues no veo el motivo.


PUNTUACIÓN:
ENTORNO 8 SERVICIO 7 CALIDAD 6 PRECIO 5£

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